domingo, 29 de mayo de 2016

El Lobo criminal


Era una vez, una chica llamada Caperucita que tenía una abuela muy rica. Un día fue sorprendida en casa de su abuela por un lobo que quería las joyas de su abuela. La Caperucita no le dio las joyas y el lobo se fue aunque prometió venganza.
Pasado un mes, la Caperucita oyó en la televisión que una señora de 65 años que era rica habría sido muerta por un lobo y que este había dejado un mensaje para la nieta de la víctima. El mensaje decía que ella tenía que darle las joyas de su abuela o moriría ella también.
La Caperucita con ayuda de la policía logró encontrar al Lobo antes de que este encontara las joyas. El Lobo era un criminal y ladrón que mataba a las personas si no hacían lo que él quería . El Lobo fue preso y aún sigue en prisión.

viernes, 27 de mayo de 2016

Caperucita Súper Sayan


Era una vez, una niña llamada Caperucita a la que le gustaba mucho su abuela. Un día, Caperucita estaba de visita a su abuela cuando un lobo y un cazador entraron por la puerta y mataron a la abuela. En un ataque de ira, Caperucita despertó su fuerza interior y se convirtió en Súper Sayan. Con su nuevo poder, Caperucita, derrotó al lobo y al cazador y logró ayudar a su abuela; llamó al médico y todos los habitantes le agradecieron e hicieron una fiesta.

Caperucita motorista





Había una vez una adorable niña, llamada Caperucita, a la que le gustaba andar en bicicleta, y que iba todos los días a visitar a su abuela con su moto y un día, unos amigos de Caperucita aparecieron a mitad de camino, se saludaron y los amigos la invitaron a una carrera de motocross. Ella aceptó y se realizó la carrera, y quedó en 1er lugar.
Con el ruido ella y sus amigos despertaron a la abuela.
Después de terminada la carrera, su sueño era visitar al mejor motorista del mundo llamado Enrique Matos. Al final del día fueron a verlo y Caperucita estaba encantada.

Los sueños de Andressa



Un día, al volver de clases a su casa, Andressa, más conocida como Caperucita Roja, estaba decidida que tenía que pasar por una casa que, por lo que le había dicho una amiga, era muy hermosa y donde existían hadas y príncipes encantados. Decidida Caperucita Roja fue hasta allí.
Al entrar en la puerta notó un letrero que decía: «Prohibido el paso a los niños que no pueden soñar».
Caperucita Roja al leer que había niños que no podían soñar, se le fue el pensamiento e imaginó cómo sería la noche de los niños no soñado. Volviendo a tierra decidió entrar; caminando por el jardín todo parecía normal, como en un hogar de verdad, pero llegando a puerta de entrada algo le dijo que no entrara. Por otra parte tenía una enorme curiosidad en ver su interior.
Al entrar se encontró con todo lo que había soñado todos los años de su vida: la montaña rusa, el perro rojo, el encuentro con su padre que había muerto, el viaje a la tierra de los abuelos en los Alpes franceses que su madre le había prometido el pasado verano.

Al despertar, vio que todo no habían pasado de un sueño y que ya era tarde, para ir a recoger el cesto a la casa de la abuela.