sábado, 2 de mayo de 2015

Caperucita en el zoo

Érase una vez una niña que era muy apegada a su abuela, por lo que iba a visitarla a todos los días. La abuela vivía en una ciudad muy cerca de un parque zoológico. Cada vez que su nieta la visitaba a ella le gustaba pasear por el zoo para ver a los animales .La niña se llamaba Isabel y normalmente le llevaba a la abuela algunos pasteles que su madre había hecho. Estas visitas ya venían desde hace tiempo, y eran siempre de la misma manera: Isabel salía de la escuela, iba a su casa y recogía los pasteles que su madre había preparado, pasaba por el zoológico y luego llegaba a casa de su abuela. En casa de su abuela le hablaba de la escuela, de las notas y jugaban algunos juegos. Las visitas siempre se repetían de la misma manera, hasta que un día, cuando Isabel pasó por el zoológico vio que una jaula estaba abierta, pero eso no le llamó demasiado la atención. Cuando iba por el camino hacia casa de la abuela, miró hacia atrás y vio que venía un lobo detrás de ella, y pensó que podría ser el animal de esa jaula estaba abierta, que se habría escapado del zoo. Rápidamente llegó a la casa de la abuela, y le dijo que llamara a la policía por el lobo. Y así fue cuando el control de la policía y de los animales llegó y se llevaron al lobo de vuelta al zoológico y la niña le dijo a la policía que había visto una jaula abierta y el lobo podría ser de allí. Y al día siguiente le contó a toda su clase lo que había sucedido el día anterior y también a su madre. Al final, la niña siguió visitando su abuela y ahora siempre que pasa por el zoológico visita también al lobo.

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