miércoles, 29 de abril de 2015

La Caperucita de siempre: desobediente

Un día la madre de la Caperucita Roja se acercó de ella y le dijo: - Caperucita Roja, mira, mamá ha hecho una comidita para tu abuelita que está enferma. ¿Se la puedes llevar?. Caperucita Roja dijo que sí. Pero en lugar de ir por donde su madre le había dicho, se fue a un camino directo por donde andaba un lobo. Cuando llego a casa extrañó el silencio. Entró a casa de la abuelita, y se preguntó por qué la abuela estaba tan rara. Ni unos minutos pasados, Caperucita Roja se dio cuenta de que no era su abuela, sino el lobo, y salió corriendo a pedir auxilio. Un oso que andaba por allí la ayudo a sacar a la abuela de la panza del lobo, mientras este dormía. Al cabo de un rato el lobo se despertó y sintió una terrible sed y se fue corriendo al río a beber agua pensando que la pesadez de su barriga era por la abuela de Caperucita. Al acercarse a la orilla, la barriga le pesaba tanto, tantísimo que se tambaleó y cayó al agua, ¡y se ahogó! Y Caperucita Roja había aprendido una lección: seguir los consejos de su madre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario