sábado, 20 de marzo de 2021

Caperucita Roja y el lobo torpe

Érase una vez una niña que tenía una pequeña capucha que era roja.

Todos los días iba a casa de su abuela, ya que está muy enferma. Atravesaba el bosque porque era la forma más segura y rápida, hasta que un día se encontró con un lobo grande con cara de estúpido. Caperucita roja le preguntó quién era y él respondió que era un lobo grande y malo y que le iba a robar su canasta de comida. Y lo robó, pero no miro por dónde y fue en contra de un árbol. Mientras los pájaros giraban alrededor del lobo, Caperucita agarró la canasta y se fue. Algún tiempo después el lobo se despertó y corrió a la casa de la abuela y cuando entró a la casa, la abuela le preguntó quién era y él respondió que yo soy el lobo que te comerá y te robará la canasta de tu nieta. Cuando se la iba a comer cerró los ojos para saborearla mejor, pero sin querer se agarró la cola y le dio un mordisco tan fuerte que se rompió la cola por la mitad. Mientras tanto, la abuela se escapó y trató de encontrar a su nieta. Finalmente, cuando encontró a su nieta, ella le contó todo y ya había pensado en un plan. El lobo estuvo buscándolas a los dos y pasó un rato y encontró la canasta de comida, y todo feliz fue allí a cogerla, pero como era muy torpe tropezó con una roca y rodó por la montaña, hasta que se detuvo en un agujero. Al final, el lobo cuando se despertó tenía todo su cuerpo enterrado y solo su cabeza estaba fuera. Y así, después de que la abuela le dio un sermón al lobo, él permaneció enterrado y la abuela y Caperucita continuaron sus vidas normales para siempre.

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